3.3
Una antigua parábola hablaba sobre la lección que un maharishi le daba a un cazador tras colocarlo en una encrucijada moral: puede que uno no sea capaz de describir todo lo que vea, y hay cosas que uno puede describir que puede no haber visto en verdad. Este cazador es la excepción: es capaz de describir todo lo que ha visto. Cada detalle. Y nada más. El cazador y su memoria se encuentran muy lejos de su objetivo. Por más tiempo que permanezcan en la espera lograrán saciar su hambre. Aun si actuaran: la carne se pudriría mucho antes de probarla.
Lo que el cazador desea con más fuerza es poder liberar a su memoria del yugo. Del síncope que le es suministrado cada seis meses. De las jaquecas que le produce tener que recordar sin que nada suceda.
El cazador desea volver a sentir. Y actuar.
1 comentarios:
Todos podemos ser cazadores, en su momento, pero dudo que pocos tengamos esa sensación de ser cazados...
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