22.10.08

Yo no he deseado mal a nadie...
Esta es mi primera vez.

Share/Save/Bookmark

9.10.08

Anteayer vimos a James. Y, C y yo llegamos con un par de horas de anticipación para poder comer. Dimos vueltas a los puestos y de la sorpresa a la risa: en mucho tiempo no veía copias tan fieles de la mercancía oficial de una banda. Pocos puestos si pensamos que para un concierto de Emmanuel, Luis Miguel et al, prácticamente el tramo de Reforma que ocupa el auditorio se abarrota de mercancía. Pero también la risa: una taza de ‘James’ con la foto del frontman de metallica. Y sí: James… Hetfield.


Iniciar su setlist con uno de sus más grandes tracks parecía vaticinar un: esto es un concierto para fans; los que vengan por estos temas se pueden largar. Sentí pena por el sujeto que tras la pregunta de una de las vendedoras acerca de qué tocaba James, respondía: new age. Sentí pena por Y, por K. Sentí pena por mí.


Y no. En todo caso fue la vara con la que decidieron medir el resto del concierto: Say something. Qué vara. Así que, incombustibles, no dejaron de rebasarla. Durante más de dos horas. Y se despedían.


Y volvían, una y otra y otra vez. Incombustibles. Con una cara de, quiero creer, azoro. Algo así como un: “no mames, pinches mexicanos, qué bárbaros”. Una y otra y
otra vez. Sonriendo. Aplaudiendo. De ida y vuelta.






Share/Save/Bookmark

8.10.08

La parábola de Moisés y el camarón

Esta historia me la contó un amigo: Moisés, Esposo amante y amigo carismático se pierde del mapa por unos días. Mi amigo especula su ausencia. Como el Moisés en cuestión es un amigo carismático es extraña su desaparición. Ni una visita, ni una llamada. Nada. Mi amigo teme se encuentre enfermo. Mientas va manejando y a punto de llamarle se encuentra con una visión: un cocktail afrodisíaco ha envenenado a Moisés. Un anuncio espectacular lo anuncia. En el cual habla de cerveza de marineros y toritos que se mezclan con camarones: mariscos el marinero. ‘los auténticos toritos’. Moisés, el amigo carismático, es muy borracho. Algo tendrá que ver el anuncio.
Moisés se ha intoxicado por abuso de mariscos. Todos y cada uno contenidos en un cocktail de precio módico. El estilo de vida de Moisés se enfrenta a menudo con toda clase de mariscos envenenados y aun así jamás había caído enfermo. A mi amigo le informa que esta vez la urticaria no tuvo piedad. Moisés el amigo carismático, además de borracho, es valiente. A cada oportunidad desafía a la muerte con algún marisco. Mejor aun, si se encuentra en un cocktail. En un auténtico torito.
Valiente Moi.

Share/Save/Bookmark