21.9.09


El día de hoy atravesé, como todos los días, por la estación de Balderas en dirección Indios Verdes. El viernes pasado sólo la atravesé en mi camino de ida y hasta hoy no me subí al metro. Pasé por Balderas y, definitivo, las cosas lucían distintas. Justo unas estaciones antes, una mujer comenzó a pedir su limosna con la frase “les voy a compartir unas frases de dios”. Todos nos tensamos, entre rictus y risitas nerviosas la escuchamos. Cuando llegue a Balderas la gente ponía un gesto atípico.

De vuelta la cosa fue distinta. Cuando pasamos por ahí todo había vuelto a la normalidad. La sociedad, de un carpetazo y en pocas horas, dio vuelta a la página. Nos volvimos indiferentes. Como si eso, ya hubiese terminado de pasar.


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