15.9.07

Las lecciones de Rodney Falk


Me encuentro leyendo desde hace un par de días ‘La velocidad de la luz’ de Javier Cercas. En él me he encontrado con fragmentos estupendos, desde la perspectiva narratológica (faltaba más) hasta en disquisiciones formidables acerca de qué diablos representa el acto mismo de narrar. Aquí dejo, a manera de notas, fragmentos que me han llamado poderosamente la atención.
· Cuando uno se aburre de la verdad y empieza a decir cosas originales tratando de hacerse el interesante, acaba no diciendo más que tonterías. En el mejor de los casos tonterías originales y hasta interesantes, pero tonterías.
· (el escritor) Es un tipo que se plantea problemas complejísimos y que, en vez de resolverlos o tratar de resolverlos, como haría cualquier persona sensata, los vuelve más complejos todavía. Es decir: es un chiflado que mira la realidad, y a veces la ve.
· En una novela lo que no se cuenta siempre es más relevante que lo que se cuente […] Quiero decir que los silencios sin más elocuentes que las palabras y que todo el arte del narrador consiste en saber callarse a tiempo: por eso en el fondo la mejor manera de contar una historia es no contarla.

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